lunes, 17 de marzo de 2008

Cercados de violencia



Con cada amanecer, abrimos los ojos junto con noticias de todo tipo. Pero hoy más que nunca, cuando despertamos tememos encontrar algo que nos sorprenda de verdad. Lamentablemente, la realidad, en conjunto con los medios, van reduciendo nuestra sensibilidad para con los hechos que ocurren... Nuestra mente no es vil, solo trata de defenderse negando el horror. Ya nos resulta un hecho cotidiano que haya miles de asaltos por día, que no pase una hora sin que se hable de una muerte no natural. La violencia nos está cercando cada día peor. Es tomar como cotidiana la violencia.
Atravesados por información que no podemos negar, aunque generalmente sea aumentada o reducida según los intereses de quienés nos mantienen informados a cambio de su propio beneficio, incorporamos mecanismos de respuesta nada sanos. La violencia se responde con más violencia. Armas en las casas, accidentes de tránsito, cada vez menos tolerancia hacia el otro. Todos son enemigos en un mundo que se declaro en guerra sin palabras audibles. El miedo nos hace perder el sentido de la humanidad, y dejamos de lado cualquier razonamiento. El miedo va caminando, corriendo, de la mano de la desesperación, y la discriminación es su fiel aliado. Como siempre, tenemos miedo de lo que no conocemos o no conocemos lo suficiente. Es más fácil creer en la palabra ya emitida, en el discurso prefabricado que alguien nos envía y nos hace tomar como propio. Ya ni siquiera nos molestamos en pensar qué es lo que pasa; sólo pasa.

Este fin de semana, la violencia volvió a arremeter contra uno de los nenes mimados de nuestra cultura: el fútbol. Es parte de nuestra identidad, y no podemos negar nuestra conexión con él, simpatizemos o no. La violencia futbolistica se cobró otra víctima: Emanuel Alvarez, de 21 años, hincha de Vélez. Diversos medios de comunicación trataron el tema, llendo desde los diarios hasta los mismos relatores del fútbol. Todos necesitamos un culpable. Necesitamos saber que motiva que se cometan semejantes locuras. Lo que pasó golpeo duro en una sociedad que ya bastante adolorida está, porque esta vez la muerte no tiene una "justificación"... Una persona tranquila, que hizo las cosas bien. Como muchas de las que mueren cada día. ¿Y cuál es la respuesta de la gente? Más violencia. Rencor, odio, disparado hacia los cuatro vientos. Y más en este deporte, donde es cada vez más normal ir a la cancha a descargar tensiones contra cualquier cosa que se ponga adelante. La misma gente que se queja en la semana después insulta y se trompea en los días libres. Señores, señoras, señoritas... Yo también tengo bronca, tengo miedo, ese chico podría haber sido mi amigo, mi novio, mi hermano. Pero también me hago cargo de lo que nos corresponde, algo poco común es estos días. ¿Cuándo vamos a entener que el ojo por ojo solo causa que se pierda todavía más?
Abramos los ojos, escuchemos los gritos. Basta de quejas que quedan en la mesa del comedor durante el almuerzo, y a vivir como se pueda. Las cosas no se cambian solas. Ni solos. ¿Se acuerdan de lo que significa nosotros? ¿Se acuerdan lo que significa juntos?

No hay comentarios: