martes, 24 de junio de 2008

El amor en tiempos modernos

Todos los días se escucha la misma puta pregunta: "¿estás de novio/a?" y de ser la respusta negativa, la contrapregunta: "¿ah no? ¿por qué?". Más que ningún otro medio, la televisión nutre de ese esceptisismo hacia la soledad sea cual sea su forma. Es obligatorio estar en pareja. Es obligatorio estar enamorado. ¿Estar enamorado dijiste? ¿Seguro?
El concepto y la idealizacion del amor en los jóvenes en estos tiempos remite a la necesidad de salvación, de ser salvados de la catástrofe que representa la realidad. Necesidad de que un sentiemiento nos mantenga aislados del sufrimiento colectivo que se hace presente en casi todos los ámbitos que hay que transitar cotidiana y obligatoriamente. A diferencia de los años 60 y 70, el amor no es símbolo de libertad, no potencia la energia revolucionaria: funciona como un sedante, una venda en los ojos. Es la síntesis de un individualismo que puede vivirse de a dos: "mientras te tenga a mi lado, el mundo no puede hacerme daño". Se desaprovecha la potencia creadora del amor en pos de emular una seguridad que no existe.Encerrarse en una burbuja no duele tanto si se tiene con quien compartir ese espacio reducido de negación. Se pone en manos del otro el bienestar, se vive de ilusiones y de estereotipaciones comerciales. Se corta el hilo que nos conecta con otros y nos deja dentro de un círculo vicioso; la ilusión, como es evidente, no dura por siempre. Cuando lo novedoso se acaba, cuando la rutina asfixia, se recuerda que lo ahí afuera existía un mundo. Y se emprende el traumático regreso a él. Los que no aprenden de su error, lo repiten por el resto de su historia.
Aprender del error: el amor no es un producto que se vende en la góndola del supermercado o se mira por TV. El amor es algo vivo, es energía, y como tal, no se pierde: se transforma. Aprender a transformar ese noble sentimiento en impulso generador de algo mucho mayor. Generador de una verdadera conexión, no solo con el otro, sino con otroS, con el mundo.

1 comentario:

J. dijo...

ahhhhi fría mujer! que clavas tu helado puñal en mi corazon sensiblero...
El amor es una droga que cuando su efecto acaba te pega un cachetazo y te dice que es lunes a la mañana. Siempre es lunes a la mañana y hace esta droga, que esa víspera sea larga y fructuosa. ¿Porqué perdés el tiempo en explicar reacciónes metafísicas del hombre y la mujer? Ambos siempre necesitaron algo de que aferrarse ante la inmensidad de la muerte o el porvenir, sea Alá, el mismo Cristo o tu compañero... No estamos tan condicionados en este caso, es tan sólo un síndrome de fatalismo.